– Pone a las personas al mismo nivel.
– Crea un fuerte sentido de equipo.
– Fomenta el pensamiento creativo, la estimulación y la remodelación de las vías neuronales hacia patrones de bienestar, mediante el impacto auditivo-visual-cinestésico simultáneo.
– El círculo de percusión lleva rápidamente a grandes grupos de personas a un estado de atención y concentración.
– Fomenta la cooperación en lugar de la competencia.
– Alivia el estrés y refuerza el sistema inmunitario.
– Estimula la escucha profunda.
– Ayuda a quienes participan a encontrar su voz.
– Es fácil, energizante, agradable y divertido.
– Puede tener lugar en cualquier parte.

  1. Pone a las personas al mismo nivel

Gracias a la alquimia del ritmo y a la disposición en círculo, sitúa a las personas al mismo nivel y favorece la disolución del sentimiento de separación y de los prejuicios derivados de las jerarquías en función de la armonía del grupo, respetando al mismo tiempo la individualidad: de esta forma, permite que quienes participan aprendan recíprocamente a partir de otros parámetros.

Hacer música juntos crea, como pocas otras actividades, unas conexiones duraderas entre las personas. Al involucrar por igual a toda la plantilla de una empresa en el uso de los instrumentos de percusión, incluido el personal directivo, podemos ver cómo se disuelven las jerarquías y todo el mundo empieza a ver la importancia intrínseca de cada una de las personas que participa tocando en la sala. De esta forma, refuerza las relaciones interpersonales.

No requiere habilidades físicas avanzadas ni talentos especializados. Tampoco requiere que quienes toman parte sepan leer o entender teoría musical. Ofrece un lenguaje universal que beneficia a todos y a todas, más allá del sexo, la edad, la nacionalidad y el origen.

  1. Crea un fuerte sentido de equipo

Ayuda a que las personas que integran el equipo sean más eficientes, convirtiéndolas en oyentes profundos.

Tocar la percusión en círculo une a la gente y revela un objetivo común para su equipo, además de ser la metáfora perfecta para trabajar juntos en armonía mientras se explora la importancia de la dinámica de grupo: enseña a trabajar en equipo, a escucharse, a alcanzar objetivos comunes; rompe el aislamiento y el egoísmo a la vez que fomenta la comunicación y la participación.

A nivel personal, un círculo de percusión brinda la oportunidad de conectar creativamente con el propio físico, las emociones, la mente y el espíritu: las personas enfermas, adictas o aquejadas de cualquier dolencia suelen estar desincronizadas interiormente. Al permitir que estas se sincronicen consigo mismas y en sana comunicación con otros individuos, se crea la oportunidad de estimular vías para el bienestar propio y común.

Tocar instrumentos de percusión proporciona una vía que da acceso a un estado de consciencia ampliado y mejorado, que nos permite reconocer nuestra interdependencia con la comunidad y así esforzarnos por colaborar para contribuir al máximo potencial creativo de la comunidad.

  1. Fomenta el pensamiento creativo, la estimulación y la remodelación de las vías neuronales hacia patrones de bienestar por medio del impacto auditivo-visual-cinestésico simultáneo

Cuando tocamos la percusión en un círculo de percusión, la situación nos obliga automáticamente a pensar de forma diferente. Cada participante aprende así a equilibrar su propia creatividad y expresión al tiempo que apoya a los demás en sus actividades.

Al inducir la sincronización de los hemisferios cerebrales, tocar percusión ayuda a la consciencia individual coordinando la parte intuitiva con la lógica, estimulando la creatividad y la capacidad de resolver problemas.

Gracias a la retroalimentación inmediata que generan los ciclos rítmicos, la persona que está tocando consigue alinearse con su capacidad para responder a las situaciones que se le presentan, tanto a sí misma como a los demás.

Dada la estimulación simultánea a nivel auditivo-visual-cinestésico, el círculo de percusión es una excelente plataforma de aprendizaje, proporcionando un espacio en el que comunicar, inculcar y catalizar nuevos puntos de vista, metáforas y patrones de comportamiento orientados hacia el bienestar individual y colectivo.

  1. El círculo de percusión lleva rápidamente a grandes grupos de personas a un estado de atención y concentración

Tocar instrumentos de percusión aporta una concentración inmediata en grupos de cualquier tamaño: en unos instantes todas y todos van siguiendo el mismo ritmo, se desprenden de preocupaciones, escepticismos y dudas y se encuentran inmersos e inmersas en una agradable experiencia de grupo.

  1. Fomenta la cooperación en lugar de la competencia

Conforme van viviendo la experiencia de hacer música juntos, los empleados y empleadas miembros del equipo sentirán cómo se refuerza el espíritu de grupo.

Cuando todas y cada una de las personas que participan trabajan en total cooperación y con plena atención, el resultado es una música extraordinaria que tiene un profundo impacto positivo en la relación entre estas, despertando el aprecio mutuo.

El círculo de percusión proporciona una base común y un sólido sentido de comunidad al unir a las personas en un equipo, haciéndoles sentir el poder de tocar juntos, como un solo instrumento orgánico y expandido.

  1. Alivia el estrés y refuerza el sistema inmunitario

Está científicamente demostrado que tocar los tambores ayuda a liberar el estrés de forma rápida y segura.

En los primeros cinco minutos notarás una mejora significativa en cómo te sientes y en tu capacidad para concentrarte de forma relajada.

Tocar instrumentos de percusión equilibra la presión arterial y la producción de hormonas, al tiempo que ayuda a la producción de células asesinas naturales que combaten tumores y otras enfermedades.

También es una actividad meditativa, ya que induce estados mentales relajados que reducen la ansiedad y la tensión, mediante la sincronización de los hemisferios cerebrales.

  1. Estimula la escucha profunda

Tocar los tambores en grupo exige aprender a escuchar con sutileza. Aprendes a sentir más de una cosa al mismo tiempo, así como a escuchar algo más que a ti mismo o a ti misma.

El círculo de percusión aumenta la percepción de los demás a medida que las personas aprenden a escucharse e interactuar entre sí. El individuo tiene así la oportunidad de escuchar y ser escuchado al mismo tiempo, experimentando de forma espontánea el reconocimiento y el fortalecimiento de la autoestima.

Tocar instrumentos de percusión también nos ayuda a conectar con los ritmos naturales que nos rodean: el ritmo nos envuelve las 24 horas del día, aunque no solemos ser conscientes de ello; el sol, la luna y las estaciones siguen ritmos regulares; nuestro cuerpo sigue ritmos naturales, que forman parte de nosotros cada día y que nos gobiernan, incluso a nivel celular. Desde las partículas submoleculares hasta el movimiento de las galaxias, todo vive a un ritmo. Tocar el tambor nos conecta con el ritmo presente, nos ayuda a sintonizar con los ciclos naturales y nos hace conscientes de los ritmos que nos rodean, que se convierten así en fuente de estabilidad emocional y bienestar.

  1. Ayuda a quienes participan a encontrar su voz

Reconocer el poder de la contribución de cada cual: al expresarse, las personas hacen una aportación única que contribuye al éxito de todo el grupo.

El círculo de percusión es la metáfora perfecta de las relaciones en el lugar de trabajo y una forma catártica de fomentar la conciencia individual y de grupo.

Tocar la percusión junto a otras personas fomenta la autoexpresión y el crecimiento personal, ayuda a liberar emociones negativas y traumas de un modo seguro, liberando la energía comprimida. Las vibraciones resuenan a través de cada célula del cuerpo, estimulando la liberación de memorias celulares negativas. De esta forma ayuda a reconstruir la salud emocional, la integración de los conflictos interiores.

  1. Es fácil, energizante, agradable y divertido

La percusión te trae al aquí y ahora. Echas mano a un instrumento, lo golpeas y emite un sonido, proporcionándote una respuesta instantánea.

Con la ayuda de la facilitadora o el facilitador, cualquier grupo puede transformarse en una orquesta de percusión en muy poco tiempo, pues hacen posible la creación de una sinergia energética inmediata entre las personas (lo que en contextos «normales» lleva mucho tiempo) gracias al intercambio de sentimientos de alegría y euforia causados por la intensa producción de endorfinas.

Reunirse con otras personas para compartir alegría es una motivación fundamental y necesaria a nivel humano, por lo que resulta esencial crear la oportunidad de celebrar un drum circle para cualquier grupo social. Cada participante reconocerá ser parte integrante de algo más grande que la mera suma de individuos, accediendo a un profundo estado de satisfacción.

  1. Puede tener lugar en cualquier parte

En una sala de conferencias, una oficina, un auditorio, al aire libre, en un aparcamiento, etc. Solo necesitamos música alta y sillas para las personas que deseen participar.